El hidrógeno es el vector energético de moda (no confundir con fuente de energía; los vectores energéticos son sólo formas de almacenamiento de la energía, no de obtención): gracias a las células de combustible el hidrógeno se pueden combinar con oxígeno para producir agua como único residuo y generar electricidad. Además es almacenable en altas cantidades, si lo comprimimos a alta presión: un depósito de H2 licuado puede mover un coche con la misma autonomía que lo haría un depósito igual de gasolina (no confundir con los coches de motor de combustión que utilizan hidrógeno: el rendimiento energético de la combustión del H2 en un ciclo térmico es la quinta parte del que tendría en una célula de combustible).
Hay en la red multitud de documentales sobre el potencial de este combustible en el futuro. Yo recomiendo HIDRÓGENO, EL PODER DEL FUTURO donde se muestran sus aplicaciones actuales.
Recientemente una encuesta entre expertos en el futuro del automóvil daba más potencial a los coches eléctricos con pila de hidrógeno que a los coches eléctricos con baterías recargables. Parece que el H2 moverá el futuro. Pero la cosa no es tan sencilla como pudieron comprobar los alumnos del ANDALUCÍA PROFUNDIZA.
Para ello utilizamos un coche didáctico que se mueve mediante una célula de hidrógeno que alimenta un motor eléctrico. Previamente, el mismo coche ha realizado la electrólisis del agua separando el hidrógeno y el oxígeno en sendos depósitos. Para ello utiliza una fuente exterior de energía que puede ser un par de pilas clásicas o (más interesante) una placa fotovoltaica que incorpora. Es interesante ver cómo produce el doble de volumen de H2 que de O2.
La empresa que fabrica este kir didáctico tiene varios modelos, pero yo recomiendo el Hydrocar FCJJ-20. También tiene otros que producen hidrógeno a partir de agua y etanol. Aquí hay un par de videos con publicidad del Hydrocar y una demostración.
El kit es relativamente barato (alrededor de 80 euros en España), pero conviene asegurarse de que incluye instrucciones en Español (no todas las cajas los traen).
La experiencia con los alumnos del ANDALUCÍA PROFUNDIZA trajo varias conclusiones. A partir del cálculo de la energía necesaria para «llenar el depósito» de hidrógeno mediante la fórmula E=V·I·t (la intensidad variaba durante el proceso: se aplicó un valor ponderado) y del cálculo de hidrógeno obtenido mediante la fórmula p·V = n· r .Tª y de la energía asociada a partir de la energía de combustión superior para esos escasos miligramos llegamos a la conclusión de que la electrólisis del hidrógeno necesita de mucha energía para darnos a cambio tan poca. Actualmente se trabaja en formas de obtención del hidrógeno más rentables energética y económicamente.
Otra conclusión es que cuando convertimos ese hidrógeno obtenido en energía eléctrica el rendimiento es bastante bueno. Ahí radica uno de sus grandes atractivos.
La última conclusión es que si realizamos la electrólisis del hidrógeno a partir de una fuente de energía renovable como el sol, puede ser una combinación muy interesante. Una forma de obtener energía inagotable y una forma de almacenarla poco aparatosa y no contaminante (frente a las baterías eléctricas). Veremos lo que nos depara el futuro en un sector tecnológico tan fundamental, tan dinámico y con tanto potencial de puestos de trabajo como las energía renovables.
Les dejo un par de vídeos con la experiencia de los alumnos del ANDALUCÍA PROFUNDIZA.